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El Priorato de Sión

¿La verdadera historia?.

El supuesto tesoro hallado en Rennes-le-Cháteau permaneció durante seis décadas en el olvido. Pero, a partir de los años sesenta, comienzan a aparecer en Francia una serie de opúsculos y artículos relacionados con este enigma, aparentemente promovidos por un misterioso Priorato de Sión. Los documentos iníciales dieron lugar a sucesivos libros que han seguido proliferando continuamente, extendiéndose por otros países.

En 1982 un polémico best-seller da a conocer esta fantástica historia en los principales países occidentales. El enigma Sagrado sintetiza una larga investigación realizada, junto a Michael Baigent y Richard Leigh, por el productor de TV Henry Lincoln, que diez años antes había dado a conocer en Inglaterra el misterio de Rennes-le-Cháteau a través de unos documentales realizados para la BBC. Poco después, gracias al buen hacer de Colin Bioy -industrial y sanador excepcionalmente relacionado en los círculos esotéricos- y al hecho de convertirme en agente de prensa de estos autores en España, tengo la oportunidad excepcional de conocer de primera mano los entresijos de este complejo misterio.

El trío pronto sospecha que todo el material inicial, que da lugar a su investigación, ha salido de una sola fuente. Para ellos, “es obvio que alguien tiene interés en promocionar Rennes-le-Cháteau, en llamar la atención del público sobre esta historia, en generar publicidad y nuevas investigaciones”. Y este interés no es económico. Se trata de difundir una propaganda que de credibilidad aq una idea, mientras que los responsables de la misma se mantienen en la sombra. Según éstos, cada nuevo fragmento de información ha contribuido a intensificar el misterio y parece ser una pieza más de un extraño rompecabezas. Tras los mismos se insinúa la existencia de un secreto de proporciones monumentales y explosivas.

Los documentos secretos

Los documentos están firmados mediante pseudónimos relacionados con este tema y conducen a los tres autores a una enrevesada investigación, de dimensiones insospechadas y aparentemente amedrentadoras. De este denso cúmulo de informaciones emergen algunos puntos claves que el Priorato pretende presentar como hechos históricos y cuyo posible fundamento es estudiado por los tres autores, quienes aseguran haber sido los primeros en asombrarse ante la amplitud insospechada de su investigación y por las insólitas perspectivas a la que ésta les conduce.

Partiendo de los descubrimientos realizados por el cura Sauniére y siguiendo una multitud de pistas sembradas por esta organización, los tres investigadores reconstruyen una versión paralela de la historia del Cristianismo en Europa. Según esta: Jesucristo habría sido un heredero de la casa real de David, que como tal podría convertirse en mesías-rey de Israel, siendo considerado un rebelde por los romanos.

Su presunta esposa, María Magdalena, habría abandonado Jerusalén para refugiarse en el sur de Francia, donde existía desde hacía mucho una prominente comunidad judía, tal y como relatan las leyendas de la zona y antiguas tradiciones cristianas, sólo que lo hizo con sus supuestos hijos.

Los descendientes de éstos habrían perpetuado su sangre mediante enlaces con diferentes familias nobles europeas. Posteriormente, serían conocidos como la estirpe del Santo Grial, cuyo nombre francés Sant-Graal derivaría de la antigua expresión sang-réal (sangre real).

En el siglo V, uno de ellos se unió a la casa real de los francos, dando origen a la dinastía merovingia. En el año 496 ésta selló un pacto con la Iglesia de Roma, amenazada por la fuerza con la cual se extendía la fe arriana, que no veía a Jesús como el hijo único de Dios. El Papa se comprometía a permanecer fiel a éstos, cuyo origen posiblemente conocía, y ofreció al rey arriano Clodoveo los títulos de Santo Emperador Romano y de Nuevo Constantino, al tiempo que éste se convertía formalmente al catolicismo. Dicho pacto trascendental supuso el nacimiento de un nuevo imperio romano, fundamentado en la Iglesia Católica y administrado por los merovingios, estableciéndose así un vínculo indisoluble entre iglesia y estado.

Pero el último monarca de esta estirpe, Dagoberto II, fue asesinado por su mayordomo real, que inició la dinastía carolingia. Con su velada complicidad en este magnicidio, el Papado traicionó su pacto con los merovingios, haciendo todo lo posible por suprimir esta línea real indeseable, cuyo secreto comprometería peligrosamente su poder.

Pese a ello, su sangre sobrevivió gracias a que los carolingios se casaron con princesas merovingias para legitimar su poder. Pero sobre todo a través de Sigisberto, un hijo del rey asesinado que habría logrado sobrevivir, contando entre sus sucesores al héroe Guillem de Gellone, gobernador del principado de Septimania (donde estaba Rennes), y al cruzado Godofredo de Bouillón. Su sangre también se perpetuaría en algunas viejas familias que habrían mantenido vivo el secreto recuerdo de sus orígenes. Mediante matrimonios con casas reales, estarían en el origen de dinastías como los Habsburgo-Lo-rena o los escoceses Estuardo, que reinaron en Inglaterra.

El Priorato de Sión se presenta como una poderosa sociedad secreta que ha conspirado a través de los siglos para restituirles su derecho al trono de Francia. Y lo habrían hecho contando con la colaboración de templarios, cátaros, masones y rosacruces, entre otros muchos.

A la conquista de Jerusalén

El movimiento cátaro -al igual que el Temple- había nacido y prosperado en el Languedoc, zona norpirenaica cuyo epicentro es Rennes. Esta corriente herética de raíces gnósticas, no consideraba a Jesucristo el hijo de Dios sino un elevadísimo ser que aceptó descender a este mundo impuro para enseñamos el camino hacia la luz. Veían en la cruz y en la opulenta Iglesia de Roma instrumentos del Mal. En la fortaleza de Montségur -muy cercana a Rennes-le-Cháteau- un puñado de ellos logró resistir a los asaltos del abrumador ejército enviado por el rey de Francia y por el Papa. Y, antes de rendirse, tres de sus perfectos escaparon, descolgándose peligrosamente por un verdadero abismo y llevando con ellos su más preciado tesoro, que podría consistir en unos manuscritos o en un objeto sagrado que no podía caer en manos de la Iglesia. Muchos piensan que se trataba del Santo Grial, cantado por romances que surgen precisamente en estas tierras
poco después de que los cátaros sucumban, y el Priorato sugiere que se trataba de un heredero de la dinastía sagrada.

Según éste, el término Sant-Graal sería una deformación intencionada de las palabras Sangre Real. El mito del Grial aludiría por tanto a la sangre de Jesús, llevada a Francia por el vientre de María Magdalena y concretada en sus presuntos descendientes: los herederos de la Sangre Real.

En la Orden del Temple ingresaron numerosos cátaros, que lograron escapar así a la implacable persecución que Roma desató contra ellos, y con los que anteriormente algunos monjes-soldados habían mantenido sospechosas relaciones.

Tras los templarios, habría una Orden secreta, que creó el Temple como su brazo militar y administrativo, cortando sus lazos con Bélen 1188. Desde entonces, dicha Orden habría funcionado con diversos nombres. Hoy sería conocida como el Priorato de Sión y es la responsable de los documentos citados anteriormente.

A la Orden de Sión habría pertenecido Pedro el Hermitaño, que predicó la necesidad de una Cruzada para recuperar los Santos Lugares, ocupados por los musulmanes. Este monje fue preceptor de Godofredo de Bouillón, a quien en 1099 quiso nombrar rey de Jerusalén, tras su conquista, una misteriosa asamblea de nobles y eclesiásticos. El Priorato sostiene que esta decisión fue obra de sus antepasados y se debía a que Godofredo era descendiente directo de Dagoberto II.

Si él o su primo y sucesor, el rey Balduino II, hubiesen logrado mantener su presencia en Palestina, supuestamente habrían divulgado sus orígenes. Se situarían así por encima de todos los demás monarcas europeos, y el nuevo patriarca de Jerusalén recobraría una posición preponderante sobre la del Papa, similar a la que tuvieron los primeros jefes de la Iglesia de Jerusalén. Es ciudad santa se habría convertido en la capital de una Cristiandad reconciliada con Judaísmo y el Islam, realizando el sueño perseguido por los templarios.

Cuando Tierra Santa se perdió definidamente y sus planes fueron descubiertos, Papa y el rey francés decidieron disolver Temple. Ignoraban que la Orden que inspiró su creación seguía indemne.

Fuente: http://www.foro.cartaxima.com

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