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Mensajes ocultos

MENSAJES OCULTOS¡¡Increíbles revelaciones en una Tesis Doctoral!! 

(la presente versión  es una ampliación de la que será publicada en la Revista EXACTAmente Nro 13)
Guillermo Giménez de Castro
Núcleo de Ciências, Aplicações e Tecnologías Espacias
Universidade Estadual de Campinas, SP, Brasil
Guigue@nucate.unicamp.br
Noviembre de 1998

En 1996 yo era un estudiante de física, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (Universidad de Buenos Aires) . Estaba acabando la carrera de Doctorado y como condición de aprobación del curso, escribí una monografía que fue luego evaluada por una junta científica. Esa monografía usualmente recibe el nombre de Tesis y tiene las características de una publicación: unas 150 páginas que pueden ser consultadas por cualquier persona en la Biblioteca Central de la Facultad antes mencionada.

En 1998 estimulado por algunas lecturas decidí poner a prueba mis propios escritos utilizando un algoritmo llamado Secuencias de Letras Equidistantes (o SLE). Este algoritmo funciona así. Tomemos todas las palabras que forman la tesis, removamos todos los signos de puntuación (lo que en el idioma castellano incluye también los acentos y la tilde de la ñ, convirtiéndose en una n) y los números (esta opción no es necesaria, pero fue la que yo seguí). Luego pongamos todas las palabras, una detrás de la otra, sin espacios, formando una larguísima cadena de letras. En mi caso:110.362 letras. Y ahora tomemos la primera letra, salteemos la segunda y tomemos la tercera, nuevamente salteemos la cuarta y tomemos la quinta. Estaremos formando entonces secuencias de letras equidistantes por un salto de 2 letras. El proceso se repite cambiando la letra inicial y yendo tanto de adelante hacia atrás, como de atrás hacia adelante. Por último modificamos los saltos a 3, luego a 4, 5, etc. En mi caso, y por limitaciones del sistema, 50 fue el salto máximo, aunque otros autores llegan a emplear centenas de miles de letras de salto, depende de la longitud total del texto y de la capacidad del sistema y el tiempo disponible para el análisis.

De alguna manera lo que estoy haciendo es realizar una segunda, una tercera, una cuarta, … , lecturas de mi propio texto. Como si el mismo tuviese diferentes niveles de lectura. Con el total de secuencias halladas podemos empezar a buscar aquellas que tienen algún significado. Veamos el siguiente ejemplo:

… proveniente del MIE es también detectado…Extrayendo de a saltos de 2:

p r o v e n i e n t e d e l m i e e s t a m b i e n d e t e c t a d oformamos la palabra MESA. No muy impresionante, pero  útil para entender el método. Vayamos a un hallazgo más interesante: dentro del texto hallé la sigla FHC . En Brasil, mi actual lugar de residencia, FHC es la sigla del presidente de la Nación: Fernando Henrique Cardoso. No es un capricho mío. La prensa emplea FHC (que los brasileros leen como efe-agá-ce) para referirse al presidente brasilero, de la misma manera que los norteamericanos llaman JFK a John F. Kennedy. Hallar el acrónimo por sí solo no parece impresionante. Pero veamos si soy capáz de encontrar al principal adversario político de FHC en las últimas elecciones de octubre de este año: Luiz Inacio Lula Da Silva, a quien todos llaman por  Lula. Escondido entre las líneas del texto que me sacó horas de sueño en 1996, hallé Lula 165 veces. Todavía no parecen ser muy expresivos estos hallazgos. El tercer candidato (según el orden dado por las urnas) fue Ciro Gómez, generalmente llamado por su nombre de pila, Ciro. Nuevamente puse a prueba a mi tesis, y hallé Ciro 174 veces. Empecé a asustarme, yo, o alguien detrás de mí, estaba dictando el futuro en 1996. Faltaba una prueba más, el cuarto candidato fue el Dr. Eneás, candidato tan excéntrico como su nombre. Sería que mi tesis contenía su nombre? Lo busqué y lo hallé 134 veces. O sea, déjenme repetir, un texto científico (al menos aún así lo creo yo, su autor) escrito en Buenos Aires en 1996 por quien era mayormente un ignorante de Brasil, estaba revelando los nombres de los cuatro candidatos a la presidencia brasilera de 1998! Y aún más, hallé las siglas de los partidos que representan, en orden: PSDB, PT, PPS y PRONA.

Decidí seguir explorando más. Podemos creer que hallar las secuencias anteriores puede deberse al azar. Pero ¿qué ocurre si encontramos dos secuencias cercanas o entrelazadas una a la otra, y que juntas tienen algún significado específico? De entre los hechos que en los últimos dos años la prensa cubrió com mayor destaque, sin duda, la muerte de Lady Di está en el tope. Además de encontrar la palabra Diana 35 veces, hallé las siguientes secuencias muy próximas dos veces: Diana Dodi. Dodi es el novio de la princesa que la acompañó hasta la muerte. Llegado a ese punto una señal de alarma se prendió en mí: no soy lector de las revistas del corazón, pero tengo idea de que el romance entre ambos sólo se hizo público a comienzos de 1997. Es decir, yo había escrito (o alguien por mí) que Lady Di tendría un romance con Dodi!! Decidí entonces continuar preguntando a mi tesis devenida en oráculo. Y es así que encontré dentro de la siguiente oración:

Se há realizado la identificación de las principales líneas nebulareslas dos secuencias señaladas en negrita e itálicas subrayadas con saltos de 4:

s e h a r e a l i z a d o l a i d e n t i f i c a c i o n d e l a s p r i n c i p a l e s l i n e a s n e b u l a r e sLeyendo de adelante para atrás tenemos Diana, mientras que de atrás para adelante dice espía. O sea, Diana era un espía de algún Servicio Secreto. Mi corazón dió un salto: había hallado la causa de la muerte de la princesa, no fue un accidente. Ella fue asesinada para evitar que filtrara algún secreto de Estado.

Hablemos en Serio.

Si llegado a este punto el lector tiene un deseo irrefrenable de arrojar el monitor de su computadora a  un cesto de basura, o siente náuseas por el sin sentido desplegado, entonces está en el camino correcto. Todas las interpretaciones efectuadas a partir de los hallazgos anteriores, son básicamente absurdas. Y más absurdas son las revelaciones del libro El Código Secreto de la Biblia del periodista Michael Drosnin (Ed. Planeta Argentina). Su versión original (The Bible Code, Simon & Schuster) aparecida en 1997 en EEUU, generó comentarios en Newsweek y Time, junto con entrevistas en conspicuos talk shows (Oprah en primero lugar). Más recientemente, la Warner, acaba de comprar los derechos autorales. Este año se ha publicado un nuevo libro que se basa en el anterior: The Signature of God de Grant Jeffrey (Frontier Research Pub.).

Utilizando el método de las SELs, Drosnin encuentra mensajes ocultos en el Pentateuco (llamado Tora en hebreo). Son los cinco primeros libros de la Biblia, escritos por Moisés y dictados, dice la religión judía, por Dios. Para emprender tamaña aventura Drosnin tomó una versión de la Tora en hebreo, y buscó agrupamientos de palabras que tuviesen algún sentido en nuestra actualidad. Un hecho muy importante es que en hebreo, las vocales se escriben como signos de puntuación los que en el proceso son removidas (tal como yo removí los acentos). Esto facilita la búsqueda, ya que, por ejemplo, diremos haber hallado la palabra Clinton si encontramos la secuencia CLNTN. Con esas facilidades, yo he encontrado en mi tesis nombres difíciles como F. Meijide en la secuencia fmjd.

Como Drosnin conocía muy bien al público a quien pensaba vender su libro, buscó secuencias como JFK – Dallas, que refieren el asesinato del presidente Kennedy. No podían falta referencias al asesinato de Lincoln o de M. Luter King. No solo eso, halló revelaciones sobre la Guerra del Golfo, la bomba en la ciudad de Oklahoma , Clinton y aún, la caída del cometa Shoemeker-Levy en Júpiter en 1994. Y, como no puede ser de otro modo: trae profecías de Fin del Mundo el cual podría ocurrir por causa de una Guerra Nuclear (nada muy original).

Pongamos números. En el caso de mi tesis, de 110362 letras, podemos formar más de 86 millones de secuencias de entre 3 y 10 letras con saltos de entre 2 y 50. Si aumentara los saltos hasta 5000, podríamos hallar mas de 8.000 millones de secuencias! ¿Es entonces tan extraordinario hallar no tan sólo palabras sueltas sino, de hecho, frases enteras? De hecho, la revelación del asesinato de Yitzhak Rabin en el libro de Drosnin,  fue hallada con saltos de 4772. No existe ninguna limitación a priori para los saltos, toda vez que se acepte que hay mensajes ocultos. Otros autores (Witztun y compañía, ver recuadro), hallaron en la Tora la revelación del asesinato de W. Churchill. Como se ve el algoritmo no es garantía de profecía.

Brendan Mckay del Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad Nacional Australiana en Canberra, se dedicó a buscar revelaciones dentro de SELs pero tomando otras fuentes. Por ejemplo, la popular novela Moby Dick. Allí encontró el asesinato de Indira Ghandi, del presidente del Líbano, Rene Moawad, de Leon Trotsky, Luter King, Abraham Lincoln, John F. Kennedy, Yitzhak Rabin y Lady Di. Quienes quieran verificarlo, pueden acceder a su sitio en la Web.

Es fácil calcular el número de veces que puedo hallar una determinada palabra. En primer lugar contamos la cantidad de “a“, “b“, “c“, etc, halladas en el texto y la dividimos por el total de letras. Eso nos da la frecuencia de una determinada letra, la que representa la probabilidad de tomar esa letra dentro de la cadena eligiéndola al azar. Luego multiplicamos la probabilidad de cada letra dentro de una palabra buscada. Por ejemplo, en el caso de mi tesis, la letra e tiene una frecuencia de 0.14, la n, 0.077, la a, 0.11 y la s, 0.079. La Figura muestra las frecuencias para cada letra. Así, la palabra “eneas” tiene una probabilidad próxima a 0.000013. Muy pequeña? No, porque ahora debo multiplicar esta probabilidad por el número total de secuencias de 5 letras que armé con el método SEL, exactamente, 10.805.186. El resultado final es 148, siendo que yo lo encotré 134 veces.

Es más difícil calcular la probabilidad de hallar dos secuencias próximas o entrelazadas. Pero es justamente allí donde todo el pseudocientificismo de Drosnin nos sacude y rebela. En ningún momento, más allá de frases rimbombantes, demuestra que sus hallazgos sean estadísticamente relevantes. Es decir, que las frases que él halla no puedan ser mero producto del azar.

Drosnin no creó el algoritmo de las SELs, ni siquiera se le ocurrió a él el emplearlo en la Tora. Se basa en un trabajo científico (ver recuadro). Me causa aún más rechazo su libro, dado que reúne dos características ampliamente halladas en las publicaciones pseudocientíficas. En primer lugar dice haber entrevistado y da a entender que su trabajo fue revisado, por uno de los científicos creadores del algoritmo (Eliyahu Rips). Rips ha desmentido categóricamente el haber colaborado con Drosnin.

La segunda característica tiene que ver con el sentido común. Dronsin clama a los cuatro vientos que sus descubrimientos demuestran sin lugar a dudas que no estamos solos. Imaginemos que Dios o un otro ser de infinita sabiduria (tal como Drosnin concluye)  fue capaz de codificar tantos mensajes en un texto escrito algunos miles de años atrás. ¿Cuáles serían esos mensajes? Seguramente hechos cuya trascendencia fuera universal y prolongada. Sin ser un experto en historia,  me animo a decir que ni el asesinato de Lincoln, ni el de JFK, ni el de M.L. King, menos aún la Guerra del Golfo, pueden ser considerados decisivos para la humanidad.  Su elección  apenas revela el espíritu pequeño de una persona, Drosnin, cuyo pensamiento central parece girar en torno del símbolo $.

Leyendo a algún buen autor de ficción (tal vez E. María Remarque, pero no lo puedo recordar) hallé la siguiente frase: “las grandes coincidencias sólo no se dan en las malas obras de literatura“.  Algo de eso hay en estos mensajes ocultos. Por eso el mero hecho de hallarlos no nos garantiza su veracidad.

 Estoy en deuda con Nestor Czerwacki, Ilana Even, Orlando Langer y  Beni Sorin,  por sus explicaciones que me ayudaron a entender, un poco, el idioma hebreo.


 

Una Batalla Científica
En la página 429 del Nro 3 del Vol 9 de 1994 de la revista científica Statistical Science, el físico teórico Doron Witztum de la Universidad Hebrea de Israel, el matemático Eliyahu Rips y el informático Yoav Rosenberg, dieron punto final a una batalla comenzada 6 años antes, cuando sometieron a revisión para ser publicado su artículo Equidistant Letter Sequences in the Book of Genesis y que es la base del libro de Drosnin. La batalla científica, en realidad, recién comenzaba. Con rigor, Witztun, Rips y Rosenberg, dicen demostrar que en el libro del Génesis, aparecen pares de palabras cercanos (y ellos dan la definición de distancia),  que refieren a rabinos importantes, pero nacidos algunos miles de años después de la escritura de la Tora. Ellos sí dan una demostración de la desviación estadística de las ocurrencias halladas en la Tora y muestran que pares de palabras se forman naturalmente en cualquier texto. En contra del trío israelí, el australiano Brendan Mckay, ya citado antes, está acabando una investigación similar pero utilizando Guerra y Paz traducido al hebreo. Quienes estén interesados en seguir más de cerca esta discusión,  pueden hacerlo a través de la Web. En favor de Witztun y colaboradores, tienen los sitios: The Official Torah Codes y Torah Codes . Por su parte, la ya referida página de McKay contiene las contraargumentaciones, así como la versión preliminar de su trabajo.

Fuente:  http://www.craam.mackenzie.br/~guigue/papers/EXACTAmente/exacta10/biblecode.htm

De todo esto llegamos El Código de la Biblia ya comentado hace tiempo:

Por Sami Rozenbaum 

 

Un libro titulado The Bible Code (“El Código de la Biblia”), cuyo autor es Michael Drosnin, ha constituido un verdadero éxito de ventas e incluso parece que será llevado a la televisión. Su autor afirma que los textos del Pentateuco contienen un complejo código, el cual revela eventos que ocurrieron miles de años después de que la propia Biblia fuera redactada; es decir que la Biblia, además de ser el fundamento del Judeo-Cristianismo, puede ser empleada como libro de adivinación (algunos ya han denominado a esto “bibliomancia”) …aunque hasta ahora se trata de “predicciones hacia atrás”, es decir, de acontecimientos que ya conocemos.

La técnica empleada por Drosnin se basa en la de Eliahu Rips y otros dos profesores de la Universidad Hebrea de Jerusalén, quienes en 1994 publicaron un artículo en la revista técnica Statistical Science bajo el título de “Equidistant Letter Sequences in the Book of Genesis” (“Secuencias equidistantes de letras en el Libro del Génesis”). Tanto Rips como Drosnin trabajan con el texto hebreo original, aunque como se dijo Drosnin toma el Pentateuco completo.

El procedimiento consiste en alinear las 304.805 letras del texto, ignorando espacios y signos de puntuación (es decir, tal como se supone que los textos fueron revelados por Dios); se programa una computadora para que busque palabras específicas, saltando n número de letras hacia adelante o hacia atrás y repitiendo esta operación a partir de todas las letras. Tras identificar el “hallazgo”, la computadora delimita el texto y lo coloca en forma de matriz para facilitar su visualización; en este crucigrama se pueden encontrar a veces “mensajes secundarios”, como uno que relaciona, siempre según Drosnin, a “Presidente Kennedy” con “Dallas”.

El autor alega que este método sólo funciona con la Biblia en hebreo; sin embargo, un estudio realizado por David Thomas y publicado en la revista Skeptical Inquirer (noviembre-diciembre de 1997) encontró que no es así.

Thomas no hace uso del texto hebraico, sino de una clásica traducción de la Biblia al inglés, la del Rey Jaime. En Génesis 31:28 encontró con facilidad las palabras “Roswell” y “UFO”, que el año pasado estuvieron muy de moda: Roswell es la localidad de Estados Unidos donde, según la leyenda, un OVNI (UFO en inglés) se estrelló medio siglo atrás. En el parágrafo empleado, “Roswell” tiene un “valor de salto” de apenas 4 (es decir, saltando 4 letras), y “UFO” de 12.

“Predicciones” en el expediente
Pero David Thomas fue más allá: además de la Biblia del Rey Jaime (aproximadamente 150.000 caracteres), empleó para su estudio el voluminoso texto de un expediente judicial, el caso “Edwards versus Aguillard” de la Suprema Corte de los Estados Unidos, que contiene unos 100.000 caracteres. Los resultados fueron asombrosos.

Thomas se limitó a valores de salto de 1.000 como máximo, y a realizar una búsqueda sólo hacia adelante en el texto (y no “hacia atrás”). Programó la computadora para buscar nombres de personas de cuatro, cinco, seis y hasta nueve letras (como “Dole”, “Oprah”, “Hitler” o “Clinton”). Estos nombres aparecieron miles de veces, tanto en la Biblia anglicana como en “Edwards vs. Aguillard”.

En términos generales, resulta más fácil hallar palabras cortas que largas; además algunas letras son mucho más comunes que otras en la lengua inglesa (como en todas), por lo cual fue más común encontrar a “Stalin” que a “Darwin”.

Pasando a buscar “códigos” que relacionaran varias palabras, Thomas puso en duda una aseveración de Drosnin. Este afirma que encontró relaciones como “Hitler/nazi” en la Biblia, pero no en la extensa novela La Guerra y la Paz de León Tolstoi, ni en una serie de letras generadas por la computadora aleatoriamente (al azar).

Thomas dio con una versión de La Guerra y la Paz en Internet, y “bajó” los primeros 24 capítulos de la Primera Parte (unos 167.000 caracteres). Con sólo llegar a un valor de salto de 750, encontró más de media docena de relaciones “Hitler/nazi”; en uno de los casos, la halló utilizando apenas cinco parágrafos contiguos.

A medida que el valor de salto varía, afirma Thomas, innumerables “códigos” -algunos de ellos “espectaculares”- aparecen y desaparecen. En un texto específico del Génesis (41:38-46), colocado como una matriz de 40 caracteres donde el último se repite al comenzar la siguiente línea, se hallan muchas palabras que pueden relacionarse de múltiples formas a gusto del lector. Un ejemplo puede ser “nazi sent pure hate here”, es decir, “nazi envió puro odio aquí”.

Otras relaciones muy interesantes halladas también por Thomas incluyen “Hale Bopp forty died” (el cometa Hale-Bopp, y los 40 miembros de una secta que se suicidaron con motivo de su llegada), en el Génesis del rey Jaime, así como “Trinity Los Alamos atom bomb” (términos y nombres relacionados con el proyecto estadounidense que desarrolló la bomba atómica), en “Edwards vs. Aguillard”.

 

Probabilidades manipuladas

Drosnin afirma que hallar relaciones de palabras como las que descubrió en el Pentateuco es “estadísticamente imposible”, y cita probabilidades en contra “de 3.000 a 1, o mucho menores”. Sin embargo, Thomas alega que al tener a su disposición miles de valores de salto y todos los movimientos posibles, Drosnin saca ventaja de billones de oportunidades: “está jugando a la lotería después de haber comprado todos los boletos”. Lo sorprendente sería que no apareciesen combinaciones curiosas.

Thomas estima que, al haberse limitado a un valor de salto máximo de 1.000, él mismo utilizó apenas un 3% de las probabilidades existentes en los textos (un ejemplo de Drosnin fue “Yitzjak Rabin”, que apareció en un inmenso valor de salto de 4.772, o sea saltando 4.772 letras).

Thomas señala, además, que encontrar combinaciones exitosas en un texto en caracteres latinos debería ser incluso más difícil que en hebreo, pues en éste último idioma no se requiere reunir vocales sino sólo consonantes, y con frecuencia una palabra puede identificarse -más bien, interpretarse- estando escrita de maneras diferentes, incluso faltando algunas letras.

Otros investigadores han desestimado también las aseveraciones de Drosnin, quien había emitido un reto en la revista Newsweek: “Cuando mis críticos encuentren un mensaje sobre el asesinato de un primer ministro en ‘Moby Dick’, les creeré”. El matemático Brendan McKay de la Universidad Nacional de Australia, y sus colegas, hicieron la prueba con traducciones al hebreo de varios libros -incluso, precisamente, Moby Dick. Encontraron en esta novela “predicciones” sobre la primera ministra hindú Indira Gandhi, el presidente libanés René Moawad, el canciller austríaco Engelbert Dollfuss, los presidentes Lincoln y Kennedy, e Yitzhak Rabin, además de otros personajes como León Trotsky, Martin Luther King, Robert Kennedy ¡y la mismísima princesa Diana! (el lector puede consultar este fascinante artículo en http://cs.anu.edu.au/~bdm/dilugim/moby.html).

El propio Eliahu Rips, cuyo artículo original inspiró a Drosnin, niega haber trabajado con él y asevera no apoyar “ni el libro ni las conclusiones de él derivadas”.

A modo de conclusión, puede decirse que si alguien encuentra “mensajes ocultos” en un disco escuchado al revés, cree ver caras en las nubes o adivina figuras humanas en las rocas del desierto, existirá realmente una percepción, pero no un mensaje. La percepción de un significado no implica que exista un mensaje intencional; la facilidad con que en un texto procesado en forma compleja aparecen palabras que para nosotros pueden tener algún sentido, no significa que estas hayan sido colocadas allí. La pregunta que encabeza este artículo puede, entonces, responderse así: “nosotros mismos”.

 Otras cosas que me he encontrado por la red:

Codigo Secreto de la Biblia (1/3)

 El Codigo Secreto en la Oración del Padre Nuestro

Comentarios (1)

EdEn29 marzo 2009 at 11:11

La cafrada de esto es lo que se llama la estadistica dirixida…. ¿en que consiste? ben, en que soio bemos o que queremos ver, por contra sacamos o que nos interesa e desvotamos todo o resto, que son mais de un millon de faios por palaba descuberta, de ffeito é por elo que sempre que se fan estas chorradas o único que sae son “feitos historicos pasados”, porque os coñecemos e podemos buscalos segun a noso antollo dos resultados que se atopan ao azar (resultados que coma dixen son de millons de erros por acerto), se quixeramos buscar un feito potanto que viñera a ocurrir non futuro sería mellor pagar a Rapel ou Aramis Fuster antes que facer este método.
¿pero de onde ven todo isto? coma vedes nas últimas decadas estamos asistindo a un aumento do integrismo relixioso por pater de todas as creencias, no afan de moitos destes pseudocientificos coma que os que din que o virus do sida é tan pequeno que se pode filtrar por un condón.
Estes speudocientificos no seu afan de decir que a sua relixón é a “autentica” non reparan nin teñen vergonza de coller unha biblia escrita en “ingles” (coas multiples interpretaciosn do propio libro e da propia traducción a mais de o propio cambio dos fonemas e represantación que se dá nelas ao largo da historia, e decircousas que “NA BIBLIA HAI MENSAXES OCULTAS”, sinceiramente, o que debe de andar oculto debe ser o cerebro dalgun destes…

AHHHH se contaramos os miles de fallos por acerto de palabra nas estadisticas que eles dan para a probabilidade de que as palabras qeu atopan poideran ter unha mensaxe oculta, veriamos que é moito mais doado que nos tocara un par de centos de veces a loteria de nadal ao que fora certo o que nos tentan vender.

UN CURSO DE ESTATISTICA POR FAVOR…..

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